Inclinar a un estilista es una obviedad, a menos que también tengan el título de propietario. Algunos de nosotros podemos sentirnos tentados a saltearnos la propina para recortar nuestra cuenta final, pero la práctica no deja de tener mucho debate. Para llegar al fondo de esta pregunta histórica, conversamos con Tricia Williams, propietaria de Salon 46, con sede en Alexandria, Virginia..
Williams, que no tiene el título dual de estilista y dueña, dice que la respuesta a esta pregunta ha cambiado a través de los años, pero está decididamente en el campamento de siempre, y por una buena razón.
“En el pasado, muchos propietarios de salones cobraban precios significativamente más altos que los estilistas habituales”, dijo. “Ahora los propietarios de salones cobran precios ligeramente más altos que los estilistas normales, pero están más en línea con su nivel de habilidad, que generalmente es un estilista maestro”. Además, los estilistas reciben una comisión más alta de lo que eran antes y, a menudo, reciben beneficios y bonificaciones adicionales. Por estas razones, Williams dice que siempre debes darle propina a tu estilista sin importar si ella es la dueña o no..
En cuanto a cuánto, ella dice que es estándar dar una propina del 15 por ciento, pero siempre es recomendable contar con 20 por ciento o más para un servicio estelar.
Debido a que siempre estamos buscando más conocimientos de etiqueta de salón, elegimos a Williams por sus mejores consejos para los clientes:
1. ¡Llegue a tiempo! Muestra que respeta el tiempo de su estilista y asegura que reciba el servicio completo que reservó.
2. Reserve su cita con antelación. Muchos estilistas se reservan con semanas y meses de antelación, por lo que su calendario está lleno. Durante la temporada navideña puede ser especialmente difícil obtener el día o la hora que desee, por lo que es mejor planificar con anticipación.
3. No vengas directamente del gimnasio ni vayas al salón. No hay explicación necesaria aquí.