Si estás buscando una buena receta para las mejores galletas de Navidad italianas, estos siete deben golpear tu punto dulce.
Pizzelles.
El nombre pizzelle proviene de la palabra italiana “pizze” para redondo y plano. Estas galletas son un elemento básico de las vacaciones de invierno en todas las familias italianas, ya que tienen forma de copos de nieve y se espolvorean con azúcar en polvo. El tipo tradicional (y el mejor) debe ser fresco y delgado como el papel. Debes tener una plancha pizzelle para hacerlas..
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Galletas arcoiris.
Aunque son un poco intensivos en mano de obra, no es Navidad sin estas festivas galletas de color festivo (o de bandera italiana). Hechas al apilar tres tortas finas separadas con una capa de mermelada de frambuesa, las galletas arco iris obtienen su sabor y textura distintivos de la masa hecha con harina y pasta de almendras.
Cuernos de almendra.
Estas galletas con forma de herradura son deliciosas y, naturalmente, sin gluten: están hechas de mazapán, harina de almendra y azúcar, enrolladas en rodajas de almendra y los extremos están bañados en chocolate. Bonus: Son una de las cookies más fáciles de hacer. Una vez que vea lo fáciles que son, nunca volverá a comprarlos.
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Bolas de mantequilla.
Estas galletas factibles son una de nuestras favoritas de todos los tiempos. Con un trozo de mantequilla mezclado con la harina (de ahí el nombre) y enrollado en azúcar en polvo, tienen un carácter distintivo que hace imposible comer solo uno..
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Biscotti.
Si te gustan los pistachos, las chispas de chocolate o simplemente: ¿hay alguna galleta más esencialmente italiana que un biscotto? Prueba esta versión con lavanda y naranja para darle un toque al clásico..
Pignoli.
Las galletas de pignoli (piñones), un macarrón típico de Sicilia, son una de nuestras favoritas. Un poco más húmedo que los bizcochos, con un sabor similar a mantequilla y nuez, los pignoli están en su mejor momento junto con una taza de espresso caliente.
Galletas de anisette.
Estas confecciones tipo pastel vienen en dos formas: bolas sumergidas en glaseado y rociadas, y una versión larga y curvada, llamada cariñosamente galletas “S”. El extracto de anís les da un sabor distinto, no abrumador (incluso a los que no les gusta el regaliz por lo general).