Jeff McGee atrapó el error de jardinería de su padre y sus abuelos, pero su madre le dio su sentido del estilo. “Siempre se trataba de hacer las cosas bonitas, ordenadas y ordenadas”, recuerda. Por lo tanto, es lógico pensar que la estética sería tan importante para el éxito de su huerta como las verduras que saca de ella..
Una visita a Williamsburg, Virginia, inspiró el diseño: un jardín cercado con camas de formas geométricas con bordes de ladrillo y conectadas por senderos de grava de piedra caliza triturada. En su centro descansa una cama con forma de diamante que alberga un jardín tradicional de nudos. Jeff usó un yaupon enano recortado, el abrigo amarillo de Joseph y el agracejo japonés “Crimson Pygmy” para hacer el nudo. Macetas de begonias ‘Dragon Wing’ anclan las esquinas.
Conceptos básicos de jardinería
Los lechos de hortalizas que rodean el jardín de nudos tuvieron un buen comienzo. Jeff comenzó con lo básico, modificando el suelo cultivando compost, turba y muchas hojas. Para contrarrestar los nematodos, gusanos microscópicos que atacan las raíces de las plantas, comenzó a rotar los cultivos de cama en cama para que estas y otras plagas no se multiplicaran..
También solarizó el suelo antes de plantar, cultivándolo, regándolo y luego cubriéndolo con plástico transparente desde mediados de abril hasta el pleno verano. Esta práctica produce temperaturas del suelo lo suficientemente calientes como para matar insectos del suelo, nematodos, hongos y semillas de malezas. “Realmente funciona”, afirma..
El riego regular es esencial para cualquier huerta. Jeff descubrió cómo hacer esto estéticamente también. Una cabeza de rociadores se eleva desde una olla de concreto en el centro del agracejo para regar todo. Los tomates, las berenjenas, los pimientos, las calabazas, los pepinos y los frijoles dan las gracias con canastas de productos. Como muestra este ejemplo, los huertos no tienen que ser feos. Jeff fue sabio. Escucho a su madre.